Nunca cuestionamos por qué internet recuerda nuestras contraseñas o nos recomienda el restaurante más cercano.
Hemos regalado a Apple, Google y Facebook las llaves de nuestra casa y ahora pueden entrar a ella cuando quieran.
Richard Stallman es un hacker que no usa teléfono celular ni tarjetas de crédito, sólo envía correos electrónicos desde un programa que él mismo inventó, y da nombre falsos cuando viaja en tren.
Para él, cada juguete tecnológico es una licencia para robar información, una estrategia para violar nuestra privacidad.
¿Cuánta libertad perdemos al dar un clic?