Han pasado 5 años en la UNAC, donde no se han avistado avances importantes en la gestión en búsqueda de la calidad académica, pero sí un desarrollo en la corrupción institucional de la cual todos han sido cómplices como actores y como espectadores. El daño que ha sufrido la UNAC, no solo se debe a esta gestión, es crónico, ya está hecho y es muy profundo.
Este es el comienzo del epílogo.
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